11 julio, 2023 Novedades

Ayni, más que una finca, una causa.

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La primera cosecha de Ayni fue en 2011 y resultó el descubrimiento de Paraje Altamira. En esa época no se tenía la profundidad de conocimiento que hoy tenemos de las subzonas del Valle de Uco y ya desde 2007 buscábamos hacer vinos con el desafío de elevar la calidad y a la vez encontrar la […]

La primera cosecha de Ayni fue en 2011 y resultó el descubrimiento de Paraje Altamira. En esa época no se tenía la profundidad de conocimiento que hoy tenemos de las subzonas del Valle de Uco y ya desde 2007 buscábamos hacer vinos con el desafío de elevar la calidad y a la vez encontrar la identidad en distintos lugares.

Ayni se plantó sobre suelo virgen dando comienzo a una nueva Altamira al sur del Costa Canal UCO, que antiguamente no se regaba por su inclinación elevada. Esa zona es bastante diferente respecto a la clásica, porque logra más concentración, estructura y fruta negra y siendo menos herbal que la clásica Altamira. Es una finca que nos gusta mucho, muy cualitativa y pura a la hora de representar el terroir en nuestros vinos.

Estamos a 1.100 metros sobre el nivel del mar, la trabajamos de manera orgánica y biodinámica, y a pesar de sufrir la escasez de agua tiene una ventaja enorme: hiela menos que en otras zonas. Son 25 hectáreas de las cuales 18ha tienen viñedos con pie franco de Malbec, Chardonnay, Pinot Noir, Garnacha, Monastrel y Roussanne, y el resto es flora andina autóctona. Los suelos son aluviales formados por el abanico del Río Tunuyán, franco arenosos con gravas cubiertas de carbonato de calcio a profundidades variables.

 

Un poco de historia

Paraje Altamira es unas de las últimas IG constituidas. Se encuentra en el Valle de Uco y está ubicado en el cono aluvial del río Tunuyán. Se dice que hay dos “Altamiras” porque el sur de Paraje Altamira es una zona donde no había desarrollo agrícola. Al haber plantado en suelo virgen sobre flora autóctona, nos permitió obtener vinos con identidad e impronta propia, ya que la fruta realmente expresa el lugar donde se cultiva sin estar viciado de actividad previa.

El viñedo de Ayni es uno de los más altos de la zona y sus suelos son muy interesantes no solo por la abundancia de grandes rocas cubiertas de carbonato cálcico, sino porque es un suelo rico en microbiología diversa, ya que nunca lo tratamos químicamente. Las cepas de cultivo ecológico, se plantan sobre un patrón propio que mejora el vigor y la expresión.

AYNI, el vino

Ayni es una palabra quechua que transmite el principio de reciprocidad, según el cual la humanidad, el cosmos, las plantas y los animales, estamos interconectados y dependemos los unos de otros. Ese nombre representa tanto a la finca como al vino, porque encarna la expresión más pura de un solo viñedo y de nuestra filosofía al trabajarlo. Con una mínima intervención de elaboración, aflora un vino puro donde se destacan su personalidad y singularidad tanto en la expresión en nariz como en la estructura y el largo de boca.

Ayni tiene alrededor de 15.000 botellas cada año, dependiendo de la cosecha, y es el resultado de la búsqueda de una identidad vitivinícola auténtica, original y consciente.

Está compuesta por Ayni Malbec, Ayni Malbec – Parcela Gravas, Ayni Chardonnay y Ayni Espumante de Pinot Noir. Son vinos que tienen una crianza de 12 meses de barricas sin tostar de roble europeo de 500 litros y toneles de 5000 litros. Se embotellan sin filtrar para no perder ningún componente y reflejar de la mejor manera posible el potencial del viñedo. Los vinos de Ayni muestran concentración, fruta roja, especias y estructura.

Gravas VIENTRE Malbec de parcela, un vino de partidas muy limitadas, el tope de gama de Finca Ayni con la particularidad de no tener ningún aditivo ni agregado de sulfitos. Con las añadas 2018 y 2021, se trata de un vino muy artesanal que sale cuando las condiciones del año lo permiten. Mucha frescura y elegancia sin ningún tipo de contaminación.

Cultivar vides en cualquier lugar de Mendoza es un desafío debido a las condiciones del desierto y la consiguiente falta de agua. Nuestra perseverancia por las prácticas orgánicas y biodinámicas son tan importantes para ayudar al suelo a crear fertilidad y retener humedad, dando como resultado una fruta que realmente expresa el lugar donde se cultiva. Los vinos que se elaboran en Chakana reflejan además una profunda tarea en equipo que ha encarado estudios exhaustivos sobre suelos, métodos sostenibles de cultivo y vinificación tanto en Argentina como en prestigiosas bodegas del exterior, volcando con el tiempo esa experiencia en producir vinos fieles a su origen. Los métodos agrícolas orgánicos y biodinámicos bajo las diferentes certificaciones que nos guían y avalan, son la mejor garantía para los consumidores del cumplimiento de nuestra filosofía y la calidad del vino que llega a sus copas.