25 noviembre, 2021 Reflexion

LOS SEDIMENTOS EN EL VINO

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Seguramente en alguna ocasión llegaste al final de la botella de vino y encontraste algún elemento en suspensión o pegado en el vidrio de la botella. Esos elementos son los llamados sedimentos.

Claro que en ningún de estos casos implica que se trate de un defecto, un mal estado del vino o un error en el embotellado.

Los sedimentos pueden ser de distinta naturaleza, algunos, son pequeños cristales (no temas que no son de vidrio) y otros tienen una consistencia algodonosa. Todos son parte de la naturaleza coloidal del vino.

Estos sedimentos pueden aparecer por diversos motivos. Por un lado, producto del paso del tiempo y por otro debido a que probablemente el vino no haya sido filtrado ni clarificado y/o “estabilizado” antes del embotellado o bien ambas cosas.

Durante el proceso de vinificación, el vino se somete a diversos movimientos y trasiegos y pasa de un recipiente a otro. Es allí que la materia sólida queda en el fondo de los tanques y el vino se va limpiando de manera natural, separando los solidos en cada movimiento.

A pesar de que el vino parezca limpio luego del decantado natural, si se lo somete a bajas temperaturas durante largos periodos de tiempo (por ejemplo en una heladera) incluso a veces bajo los efectos de bajas temperaturas del invierno si es muy frío pueden continuar generándose estos sedimentos incluso estando el vino embotellado, aunque al momento del embotellado el vino estuviera limpio, esto es susceptible de suceder sobre todo cuando no se han utilizado sustancias externas estabilizantes.

En Bodega Chakana muchas veces decidimos no filtrar porque consideramos que el proceso de filtrado es una operación física que tiende a modificar las características del vino, además de remover partículas en suspensión que son parte del gusto del vino y ayudan a su evolucion natural. Tambien decidimos no utilizar agenes externos estabilizantes, ya que son sustancias ajenas a la uva y tambien modifican el sabor y equilibrio natural del vino.

Estas modificacione tienen un impacto sobre la vista, en lo referido a la translucidez y la intensidad colorante, en el aroma, en cuanto a la modificación y disminución de intensidad y la boca, en lo vinculado a la astringencia y el volumen.

Es importante remarcar que ingerir los sedimentos del vino no genera ningún riesgo para la salud ya que son compuestos que estaban diluidos en el líquido, y que por distintas circunstancias precipitaron durante el proceso de evolución del vino con el paso de los años.