Para llegar a esta instancia la planta atraviesa diferentes ciclos que requieren de distintos trabajos en el viñedo.

Comenzó un nuevo año y con él es el momento de una nueva vendimia, instancia que sabemos que se acerca porque ya se puede notar el envero, uno de momentos fenólicos de la vid.

Si tomamos como orden cronológico el inicio de la primavera allí tiene lugar la brotación, momento en el que la planta de vid comienza a dejar su letargo invernal, época en la que tuvo un periodo de reposo.

Luego le sigue la foliación, que significa la aparición de las hojas que, con múltiples funciones, transforman la savia y llevan adelante funciones muy importantes para la planta como lo son la transpiración, la respiración y la fotosíntesis.

Llegamos a noviembre y es en ese momento en el que sucede la floración donde los embriones de las flores hacen su aparición. Un proceso que tiene lugar unos 30 a 40 días después de la brotación y dependerá de la zona del viñedo si es a comienzo o a finales del mes. En el caso de Bodega Chakana, sucede a mediados de noviembre.

Así, luego de la polinización comienza la fructificación donde se generan pequeños frutos que por la clorofila tienen colores bien verdes. Es esta etapa la que acaba de dejarle su lugar al envero.

El envero significa que el fruto cambia de color y comienzan a aparecer los antocianos luego de la entrada de azúcar en la baya. Con la energía enfocada en lograr la maduración del fruto, continúa creciendo hasta finales de febrero, momento en el que el azúcar que estaba ingresando deja de hacerlo.

Es en el momento de la maduración cuando la uva ya tiene su tamaño máximo y cobra mucha importancia la exposición al sol para que el fruto llegue a su plena madurez.